Es muy habitual que reneguemos de nuestro pasado. Hay cosas que hemos vivido, hecho o no hecho que nos pueden pesar toneladas y que, a día de hoy, seguimos cargando como algo pegado a nosotros.
Pero este pasado también tiene cosas positivas. Aunque nuestro cerebro esté programado para la negatividad como estrategia de supervivencia, podemos y debemos encontrar esas notas de tono positivo.
Una forma de sentir esta positividad es dar gracias por nuestro pasado. Aunque a simple vista parezca imposible, siempre hay alguna razón por la que sentirnos agradecidos por el tiempo ya pasado y vivido.
- Aprendizaje
De nuestro pasado aprendemos y quizás este aprendizaje es la ventaja más importante que obtenemos. Todas nuestras experiencias son fuentes de conocimientos, vivencias y conclusiones que nos ayudan a mejorar nuestra vida.
Aprender nos hace vivir una vida más sana y feliz.
- Evolución
Todo evoluciona y nosotros, como seres también lo hacemos. Podemos elegir potenciar esta evolución o frenarla. Nuestro pasado puede ser un acelerador de esta evolución al facilitarnos un abanico de vivencias muy potentes.
La dirección de nuestra evolución depende de nosotros.
- Empatía
Gracias a todas esas experiencias que hemos podido tener con otras personas, podemos entender otros puntos de vista y poder ponernos en los zapatos de otros. De esta manera, desarrollamos nuestra empatía y mejoramos nuestras relaciones.
Una comunicación más efectiva maximiza nuestro bienestar social.
- Entrega
Esta empatía nos permite comprender a personas que tengan determinadas necesidades que gracias a nuestro pasado podemos suplir o ayudar a solucionar. Podemos llegar a entenderles mejor “porque yo viví eso”.
El victimismo se anula con el servicio de corazón.
- Sentido Vital
Cuando echamos una mirada a nuestro pasado, podemos hacerlo de una manera englobadora e integral. Es decir, en vez de enfocarnos en los detalles o acontecimientos aislados, podemos hacerlo como conjunto.
De esta manera, podemos entender nuestra existencia y darle un sentido.
- Integrados
A su vez, esta visión nos puede hacer sentir parte de algo más grande, inmenso, de una voluntad o un propósito que nos hacer pasar por una serie de vivencias por algún motivo que desconocemos.
Esta voluntad no es la fatalidad, puede sentirse como parte de un plan.
- Orígenes
Si echamos la mirada atrás, podemos remontarnos a nuestros orígenes, a la adolescencia, infancia e incluso más allá. De esta manera, podemos conocer y tomar conciencia de ciertos patrones y conductas.
Esta conciencia nos permite cambiar y mejorar nuestras vidas.
- Comprensión
Una vez que obtenemos este conocimiento de nuestros orígenes, podemos sentir una gran comprensión de nosotros mismos. Este paso puede ser la antesala al perdón a uno mismo y a la liberación.
Al comprendemos nos perdonamos y anos amamos.
- Decisiones Creativas
Todo nuestro pasado es un conjunto de experiencias, pensamientos, sentimientos, conclusiones… que podemos combinar, mezclar, jugar con ellas y usar el resultado para tomar decisiones más eficientes y creativas.
Estas decisiones nos aportarán nuevos puntos de vista y de conciencia.
- Conciencia
Por último, y como conclusión podemos decir que nuestro pasado nos ayuda a tomar conciencia y poder “ver” nuestra existencia de una manera diferente y más amplia, lo que repercute en un mayor grado de felicidad y motivación vital.
A la conciencia la alimentamos y ella nos alimenta.
Fuente: https://www.saludterapia.com