Libertad, qué o quién eres? Es parte de nuestras vidas, valores o más profundo aún, de nuestra existencia y ser?, o simplemente un concepto arraigado netamente a la libertad verbal, física y conceptual? Al parecer esta palabra honra su naturaleza y carga con mucho más que estos acotados parámetros. Libre de nacimiento, la libertad es un camino poco explorado desde lo intangible. Si bien hemos experimentado situaciones de libertad, esta es bajo ciertas condiciones y límites que además pueden ser incluso solo pasajeras. Por lo que son pocos los afortunados de alma que viven en estados de libertad respirando el porvenir de lo que esta liberadora palabra trae como regalo. Para comenzar, la libertad del ser radica en un acuerdo que establezco conmigo hacia la realización personal, la cual no se condiciona por factores externos. La libertad de la que hablo es aquella que limita solo con mí ser y que por sobretodo es atemporal. Esta nueva perspectiva como concepto inherente al ser, trasciende tiempo y espacio que nos permite abrir las puertas a un viaje de auto-descubrimiento y liberación, que sin apuros ni ansiedades nos transforma y permite trabajar y evolucionar desde lo que soy hoy para adelante.
Desde aquí, desde lo que somos hoy recuperar nuestra esencia y naturaleza, re-encontrarnos con nuestra alma, que muchas veces se encuentra reprimida y castigada, privada de esta libertad que comienza por desprenderse de cualquier tipo de apego, complejo u patrón que nos retenga física, mental, emocional o espiritualmente. Porque el desapego es la esencia de la libertad, es el que abre el campo de las posibilidades para adentrarse a las múltiples oportunidades que nos brinda y regala el hecho de soltar y dejar atrás. De no ser así nos auto esclavizamos a vivir en estados de insatisfacción, miedos, soledad y angustia. Debemos mirar estas sombras con todo lo que traiga, rabia, dolor, risa, vergüenza, excitación, humildad y así con coraje transformarlas en aprendizaje que nos permita evolucionar hacia una mejor versión de nosotros. Será trabajo, incluso puede llegar a ser desgastador y doloroso, pero finalmente habrá sido liberador y muy beneficioso. Valdrá la pena profundizar en ciertos temas para luego avanzar libres habiendo comprendido que todo nuestro entorno se ha de construir primero desde adentro. Donde solo tú sabes llegar, ese lugar sagrado por su poder, creador de realidades que tiene como motor esa poderosa energía interior que te mueve primero que todo, el alma.
Consciente de aquello, generamos el movimiento que de manera expansiva va abarcando cada aspecto de nuestras vidas y que solo fluye gracias a esa libertad que le ofrecemos. Sin resistencias ni ataduras de cualquier tipo, vamos dejando atrás todo aquello que nos impida este viaje natural del ser a la auto-realización. El cual es el gran objetivo del Yoga, trabajando de adentro hacia afuera y viceversa, para desenredar, abrir y despejar el camino de temas como los mencionados de manera única e inexplicable. Un viaje bondadoso que sin importar el cómo o porqué lo practiques su néctar, ese elixir de vida nos nutre a todos incluso a los que nos rodean. Cada ser se beneficia del Yoga, porque cuando tu mente está sana, tu alma, vida y entorno también lo estarán. Nada será coincidencia, los beneficios de la práctica son el mejor truco de magia, que TIENES que vivir para creer. Permitamos que la práctica constante del Yoga sea un portal y dejémonos llevar por este viaje, libres y tal como somos hacia lo que queremos ser, porque SOMOS de dónde venimos y vamos hacia donde queremos SER.
Por Gabriela Concha.