Cuesta tanto trabajo entender cuando nos dicen “todo pasa por algo”. Un desgaste gratuito cuestionándonos cada detalle, culpándonos del pasado y de lo que pudo o no ser. Si hay algo que aprender en estos tiempos de grandes cambios y frenético movimiento, es aprender a CONFIAR. Pero, ¿en qué? A confiar en la vida misma, en las jugadas que el universo mismo crea para ti, porque de cada uno de esos movimientos TODO siempre a querido jugar a nuestro favor. Incluso cuando dudamos, finalmente mirar atrás cobra sentido para entender donde estamos hoy. Debemos dejar de generar resistencia, la cual sólo nos desgasta y en definitiva nos atrasa hacia aquello que la vida cree mejor para nosotros. Sé que es extraño hablar como si la vida o el universo fueran dioses o personas, y sin desmerecer y dudar de lo que hay detrás de cada acontecimiento como acción que nosotros los humanos ejecutamos para dar con nuestro objetivo, hay que hacer hincapié en ese indescriptible momento en el que un millón de partículas de todo tipo sincronizan de manera tan mágica para hacer de una o cada situación algo realmente perfecto. Donde nos preguntamos si acaso es posible que sea verdad o si habrá sido mera coincidencia, pero sépanlo, nada en sus vidas es al azar.
Como aún nos cuesta creer y por sobre todo entender como empoderarnos de ese poder interno que tenemos y así ejercer para crear y co-crear, la inseguridad a ratos nos gobierna generando conflictos tanto internos como externos. Inestabilidad emocional que de pronto quiebran ese tan preciado y frágil equilibrio que intentamos llevar día a día. Pero, dentro de nosotros infinitas señales y mensajes vienen y van constantemente, y tenemos que saber/aprender a estar atentos y así utilizar ese potencial ancestral inherente al ser para interpretar y decodificar ese sagrado y sabio mensaje que nos lleva en definitiva a confiar. Primero en nosotros, que somos y seremos por siempre en esta y todas las vidas, merecedores de toda abundancia y dicha de todo tipo, y desde ese sentimiento de plenitud emocional, confiar en el proceso de vida sea cual sea que estemos viviendo. Con esta confianza enraizada de lo que somos y vivimos, todo para adelante sigue y fluye sin dudas ni prejuicios. Desde esta base, las resistencias a todo tipo de cambios y movimientos inesperados disipa, porque comprendemos que toda mutación que se esta generando ha de ser en pro de tu felicidad, bienestar y crecimiento personal. Incluso tener un sentido aún más profundo, difícil de digerir y transformar en algo positivo, pero ahí es cuando más debemos confiar y recordar que tarde o temprano mirando hacia atrás los puntos se unirán y una constelación de tantos códigos inconclusos se descifrará.
Por ende no insistas, no te resistas al cambio que es lo único permanente en el universo. Permite que suceda, sin miedos ni aprensiones a soltar lo que se quiera ir o transformar, abriendo espacio a lo nuevo que quiere llegar. Es hora de atreverse y arriesgarse a dar ese salto de auto-confianza al vacío, con plena seguridad de caer bien parados sobre nuestros pies. Aún es tiempo para ello y para trabajar en estos temas mediante diferentes herramientas que nos hagan sentido, incluso por medio de conversaciones y lecturas que nos unan para auto-ayudarnos y entender que todos estamos en este mismo viaje. Muchos sobreviviendo en vez de viviendo en este año del mono que evidentemente a traído saltos de una rama a otra, de arriba para abajo, pero que jamás se dejará caer. Menos ahora con la llegada de la primavera que traerá probablemente los frutos de estas nuevas ramas a las cuales nos han invitado a posar.
Por Gabriela Concha