Sea cual sea la frecuencia con la que ocupes tu mat de yoga, con el uso se ensuciará y desgastará. La piel, los aceites, el sudor y la suciedad pueden penetrar la superficie y acelerar su deterioro. Estos elementos pueden dificultar tu práctica de yoga, porque dejan el mat resbaladizo. Al lavarlo regularmente y darle un mantenimiento diario podrás extender su vida útil y seguir disfrutando de unas sesiones limpias y sin riesgo a resbalarse.
Parte 1 :Lavar un mat de yoga
1. Determina el momento adecuado para lavar el mat. Debes dar una lavada completa a tu mat después de un par de meses de uso y con más frecuencia si no le haces un mantenimiento periódico o si haces yoga todos los días. Esto no solo puede extender la vida de tu mat, sino que también evitará que huela mal y te transmita bacterias.
Si tu mat de yoga se pela o se desmorona en trozos que se adhieren a tu ropa, considera la idea de comprar uno nuevo.
2. Remoja tu mat. Con una solución de agua tibia y detergente suave como líquido lavalozas, sumerge tu mat de yoga en una bañera y déjalo remojando unos cuantos minutos. Esto ayudará a quitar la suciedad, los aceites y todo mal olor.
No eches demasiado detergente en el agua caliente, solo debes poner lo suficiente para limpiarlo, mucho detergente puede dejar el mat resbaladizo y será difícil hacer asanas.
3. Lava el mat a mano con un paño suave. Después de remojar el mat durante unos minutos, usa un paño suave para lavar ambos lados. Limpia bien cada superficie, principalmente en las zonas donde tus manos y pies tienen el mayor contacto.
Asegúrate de limpiar suavemente, para que no lo desgastes o le quites trozos. Nunca laves tu mat de en la lavadora, puede desgastar su calidad y dejarlo inservible para hacer yoga, porque lo dejará demasiado resbaladizo.
4. Enjuaga con agua limpia. Desagua la bañera donde hayas puesto el mat y enjuaga con agua limpia. Esto ayudará a retirar los residuos del detergente y minimizar el riesgo de terminar con un mat resbaladizo. Sigue enjuagando hasta que veas que el agua sale sin residuos.
5. Elimina el exceso de agua del mat. Sacude para retirar el agua de la superficie. Extiende el mat sobre una toalla seca y enrolla ambos para escurrir el resto de agua. ¡No escurras retorciéndolo! Sino podría romperse o deformarse.
6. Cuelga el mat para que seque. Cuando termines de escurrir el exceso de agua, desenrolla el mat de la toalla. Cuélgalo hasta que esté bien seco. Puedes colgarlo con perchas para pantalón, pero ten presente que pueden dejar marcas. Nunca seques un mat en la secadora. Además de arruinarlo, puede provocar un incendio. Solo vuelve a usarlo cuando esté completamente seco. Para saber si todavía hay humedad, puedes presionar diversos puntos con tus dedos.
Parte 2: Darle mantenimiento periódico a un mat de yoga
1. Lávate los pies y las manos. Tus manos y pies tocan constantemente el mat. Como estas partes del cuerpo suelen ensuciarse más que las demás, lávate los pies y las manos antes de empezar cualquier rutina de yoga. Esto puede extender la vida útil y evitar que las bacterias pasen de tu piel a la superficie del mat. Lavarte las manos y los pies también eliminará los residuos de lociones y cremas que pueden desgastar el mat y hacerte resbalar durante la rutina.
2. Limpia el mat. Cada vez que practiques yoga, límpialo, ya sea con un paño húmedo para bebés, para mat de yoga o con un paño humedecido con un poco de jabón suave. Esto ayudará a mantenerlo limpio y libre de sudor, polvo y aceites, además extenderá su vida útil.
3. Pon toallas sobre el mat durante tus sesiones de práctica. Si sudas mucho o solo si quieres una capa entre tú y tu mat, pon una toalla sobre él. Las toallas absorben el exceso de humedad y facilitarán el agarre a tu mat.
4. Airea tu mat periódicamente. Casi todos enrollan su mat de yoga después de cada uso y lavada, y lo dejan guardado en su respectiva bolsa en una esquina de la casa o estudio. Dejar que se airee periódicamente ayuda a evaporar los restos de sudor o humedad y lo mantendrá con un olor fresco.
Mantén tu mat en un lugar oscuro, frío y seco. Así evitarás que acumule un exceso de humedad, lo cual puede propagar bacterias.
Nota: Karen Benito.